Si sufres de várices en las piernas, es posible que te hayan recomendado la cirugía como opción de tratamiento. Pero, ¿cómo se operan las varices? Antes de tomar una decisión, es fundamental comprender en qué consiste este procedimiento y cómo puede ayudarte a eliminar esas molestas venas dilatadas que afectan tu calidad de vida.
Desde nuestra clínica estética en Majadahonda, te brindamos a continuación toda la información que necesitas saber sobre la operación de varices, para que puedas tomar una decisión informada sobre tu salud y bienestar.
Principales síntomas de las varices
Los síntomas más comunes de las varices incluyen:
- Venas hinchadas y retorcidas visibles bajo la piel
- Pesadez o cansancio en las piernas
- Calambres musculares
- Picazón o ardor en la piel circundante
- Dolor o malestar en las piernas.
Si experimentas alguno de estos síntomas, es importante que consultes con un especialista con el objetivo de determinar el mejor tratamiento para varices en tu caso.
¿Cuándo es necesaria la cirugía de varices?
La cirugía de varices se recomienda cuando los síntomas son severos y persistentes, y no mejoran con tratamientos conservadores como el uso de medias de compresión, la elevación de las piernas o los cambios en el estilo de vida. Algunos de los signos y síntomas que indican la necesidad de una intervención quirúrgica incluyen:
- Dolor fuerte por las varices en las piernas, especialmente al estar de pie o sentado durante períodos prolongados.
- Sensación de pesadez, cansancio o calambres en las piernas.
- Hinchazón (edema) en los tobillos y pies.
- Picazón, ardor o irritación en la piel alrededor de las venas varicosas.
- Cambios en la coloración de la piel, como oscurecimiento o enrojecimiento.
- Endurecimiento o inflamación de las venas afectadas.
Complicaciones de las varices que requieren cirugía
Además, la cirugía de varices se indica cuando existen complicaciones más graves relacionadas con la insuficiencia venosa crónica, como:
- Úlceras venosas: llagas abiertas en la piel que no cicatrizan adecuadamente debido a la mala circulación sanguínea.
- Trombosis venosa profunda (TVP): coágulos de sangre que se forman en las venas profundas de las piernas y pueden desprenderse y viajar a los pulmones, causando una embolia pulmonar potencialmente mortal.
- Hemorragia: sangrado excesivo de las venas varicosas debido a su fragilidad y proximidad a la superficie de la piel.
Cirugía de varices por razones estéticas
En algunos casos, las personas optan por someterse a una cirugía de varices por causas estéticas, especialmente cuando las venas dilatadas son muy visibles y les hacen sentir incómodas o inseguras con su apariencia.
Sin embargo, es importante destacar que las varices no son un problema meramente cosmético, sino un problema de salud que tiene un impacto significativo en la calidad de vida y el bienestar de la persona.
Paso a paso: ¿cómo se operan las varices?
El procedimiento quirúrgico para tratar las varices varía según la técnica utilizada y la gravedad de tu caso. A continuación, te explicamos de forma general cómo se lleva a cabo una cirugía de varices, incluyendo las principales técnicas quirúrgicas.
1. Evaluación preoperatoria
Una adecuada preparación asegura el éxito del procedimiento y minimiza cualquier riesgo de complicaciones. Esta preparación implica las siguientes instancias:
Consulta inicial con el especialista
La preparación comienza con una consulta con un cirujano vascular o un especialista en angiología. Durante esta visita, el médico evaluará tus varices, discutirá tus antecedentes médicos y responderá a cualquier pregunta que puedas tener sobre el procedimiento quirúrgico.
Diagnóstico
Se realizan varios exámenes con vistas a determinar la extensión de las varices y planificar la mejor estrategia quirúrgica. Las técnicas de diagnóstico incluyen:
- Examen físico: el primer paso en el diagnóstico de las varices incluye una evaluación visual y manual de las venas afectadas. El especialista busca signos de hinchazón, cambios en la coloración de la piel y la presencia de venas dilatadas. Este examen abarca también una evaluación de los síntomas principales.
- Eco-Doppler venoso: se trata de un examen no invasivo que permite al médico observar el flujo sanguíneo en tiempo real, identificar el reflujo venoso (flujo sanguíneo en dirección opuesta debido a válvulas dañadas) y detectar obstrucciones o trombosis en las venas. Gracias a esta tecnología, es posible mapear con precisión las venas afectadas y planificar el tratamiento más efectivo.
- Flebografía: implica la inyección de un contraste iodado en el sistema venoso para visualizar las venas a través de rayos X. Aunque menos que el método anterior, la flebografía se utiliza en situaciones donde se requiere una visualización más detallada de la anatomía venosa, especialmente antes de procedimientos quirúrgicos complejos.
- Tomografía computarizada y resonancia magnética venosa: estos métodos son particularmente útiles a fin de planificar cirugías o en casos de sospecha de condiciones subyacentes más complejas.
2. Preparación del paciente
El médico te proporcionará instrucciones específicas previas a la operación:
- Evitar ciertos medicamentos que aumentan el riesgo de sangrado.
- No comer ni beber nada después de la medianoche anterior a la operación.
- Se puede indicar administración de medicamentos prequirúrgicos.
- Organizar el transporte hacia y desde el hospital, ya que no podrás conducir inmediatamente después de la cirugía.
- Preparar tu hogar antes del período de recuperación, como colocar artículos esenciales a mano y asegurarte de tener una zona cómoda para descansar.
3. Anestesia
La anestesia es un componente crítico en la cirugía de varices, pues asegura que el paciente no experimente dolor y esté cómodo durante el procedimiento. La elección del tipo de anestesia dependerá de:
- La técnica quirúrgica específica
- La extensión de las varices a tratar
- Las enfermedades
- Preferencias del paciente.
Según la evaluación que haga el cirujano de estos factores, la anestesia puede ser:
Anestesia local
Se utiliza para adormecer una área específica del cuerpo, en este caso, la zona donde se encuentran las varices. Es ideal en procedimientos menores y permite que el paciente permanezca despierto y consciente durante la operación. Los medicamentos anestésicos se inyectan directamente en el tejido alrededor de las venas varicosas, proporcionando un bloqueo del dolor eficaz y focalizado.
Anestesia regional
Bloquea el dolor en una extensión mayor del cuerpo. Un ejemplo común es la anestesia espinal o epidural, donde se inyecta anestesia cerca de los nervios que controlan la sensación en las piernas. Esto da como resultado una pérdida temporal de la sensación y movimiento en la región inferior del cuerpo, adecuada en procedimientos que involucran múltiples o extensas áreas de varices.
Anestesia general
Induce un estado de inconsciencia controlada y es utilizada en los procedimientos más invasivos. Bajo anestesia general, el paciente no tiene conciencia ni sensación de dolor. Se administra a través de la inhalación de gases anestésicos o por inyección intravenosa. Este tipo de anestesia requiere un monitoreo cuidadoso y continuo por parte de un anestesiólogo, quien supervisa las funciones vitales del paciente durante toda la operación.
Independientemente del tipo de anestesia, el objetivo es proporcionar la máxima comodidad al paciente mientras se minimizan los riesgos. Además, se tomarán medidas a fin de manejar y controlar el dolor después de la operación, asegurando una recuperación más confortable y rápida.
4. Incisiones
El acceso a las venas varicosas es un paso crítico en la cirugía. Este proceso se realiza con sumo cuidado y precisión para asegurar la efectividad del procedimiento y minimizar cualquier posible cicatriz.
Para ello, el cirujano efectúa pequeñas incisiones o punciones en la piel y así acceder a las venas varicosas. La ubicación y tamaño de estas incisiones dependen de la técnica quirúrgica elegida.
5. Extracción o tratamiento de la vena
En esta fase es donde se eliminan las venas dañadas. Este paso es esencial a fin de aliviar los síntomas asociados con las varices y prevenir complicaciones futuras.
Técnicas quirúrgicas
- Extracción de la vena (flebectomía): implica la remoción física de la vena varicosa. Se realizan pequeñas incisiones a lo largo de la vena, y con la ayuda de un instrumento especial llamado flebectomía, se extraen segmentos de la vena. La técnica es precisa y minimiza el daño a los tejidos circundantes. Las incisiones son tan pequeñas que a menudo no requieren suturas y dejan cicatrices mínimas o inexistentes.
- Ablación térmica: ya sea por radiofrecuencia o láser, la ablación térmica utiliza energía térmica para cerrar la vena afectada. Se inserta un catéter delgado en la vena, y a medida que se retira, emite energía que calienta y cierra la vena. Es un método menos invasivo que la extracción y tiene un tiempo de recuperación más corto.
- Escleroterapia: es un tratamiento común en venas más pequeñas y venas de araña. Se inyecta una solución esclerosante directamente en la vena, lo que causa irritación en la pared venosa y eventualmente lleva al colapso de la vena. Con el tiempo, la vena tratada se convierte en tejido cicatricial y desaparece. No debemos confundir este procedimiento con la escleroterapia con microespuma para las varices, que consiste en un tratamiento de vanguardia.
- Ligadura y stripping: en casos de varices tronculares más grandes y extensas, se efectúa una ligadura. Esto es atar la vena, seguida de stripping, que es la extracción de la vena. El procedimiento es más invasivo y se reserva para casos en los que otras técnicas menos invasivas no son adecuadas.
Cada uno de estos procedimientos tiene sus indicaciones específicas y se selecciona en función de la evaluación individual del paciente. El cirujano vascular discutirá las opciones y recomendará el tratamiento más adecuado basado en la anatomía de las venas, la presencia de síntomas y los objetivos estéticos del paciente.
6. Cierre de las incisiones
Una vez tratadas las venas varicosas, el cirujano procederá a cerrar las incisiones realizadas durante la intervención. La técnica de cierre dependerá de varios factores:
- Tamaño y ubicación de las incisiones
- Preferencias del cirujano
- Necesidades específicas del paciente.
Técnicas de cierre de incisiones
- Suturas: en la mayoría de los casos, se utilizarán suturas para aproximar los bordes de la herida y facilitar la cicatrización. Las suturas pueden ser absorbibles, que se disuelven por sí solas con el tiempo, o no absorbibles, que deberán ser retiradas por el médico en una visita de seguimiento. La elección del tipo de sutura dependerá de factores como la zona intervenida, la tensión de la piel y el tiempo de cicatrización previsto.
- Grapas quirúrgicas: indicadas en incisiones más grandes o en áreas de mayor tensión. Estos pequeños dispositivos metálicos unen los bordes de la herida de forma precisa y segura, y al igual que las suturas no absorbibles, deberán ser retiradas tras un período de cicatrización adecuado.
- Adhesivos tisulares: se aplican en incisiones pequeñas, como las realizadas en la flebectomía ambulatoria. Los adhesivos tisulares actúan como una “cola quirúrgica”, manteniendo unidos los bordes de la incisión y creando una barrera protectora contra infecciones. Estos desaparecen por sí solos con el tiempo, sin necesidad de extracción.
Cuidados tras el cierre de las incisiones
- El cirujano se asegurará de que las incisiones estén bien aproximadas, limpias y protegidas a efectos de minimizar el riesgo de complicaciones y favorecer una cicatrización óptima.
- Se aplicarán apósitos estériles para cubrir las heridas y mantenerlas libres de contaminación.
7. Vendaje compresivo
Inmediatamente después de la cirugía de varices, se aplicará un vendaje compresivo o medias de compresión en las piernas intervenidas.
Este paso es fundamental en el proceso de recuperación y ofrece múltiples beneficios:
- Favorece la cicatrización.
- Reduce la hinchazón
- Previene la formación de coágulos.
Tipos de vendaje compresivo
- Vendas elásticas: se utilizan inmediatamente después de la cirugía y se mantienen durante los primeros días del postoperatorio. Proporcionan una compresión graduada y se pueden ajustar según la evolución del paciente.
- Medias de compresión: una vez retirado el vendaje inicial, se recomienda el uso de medias de compresión durante varias semanas. Existen diferentes grados de compresión y se elegirá la más adecuada según las necesidades de cada paciente. Las medias de compresión son más cómodas y fáciles de usar que las vendas elásticas.
8. Recuperación postoperatoria
Después de la cirugía de varices, serás trasladado a una sala de recuperación donde el personal médico monitorizará de cerca tus signos vitales, como la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la respiración. El período de observación garantiza tu seguridad y detecta cualquier complicación temprana.
La mayoría de las intervenciones de varices se realizan de forma ambulatoria, lo que significa que podrás regresar a casa el mismo día de la cirugía. Esto te permitirá recuperarte en la comodidad de tu hogar, evitando las molestias de una hospitalización prolongada.
Tiempo de recuperación
El tiempo de recuperación tras una cirugía de varices depende del tipo de intervención realizada y tu estado de salud general. En la mayoría de los casos, podrás retomar gradualmente tus actividades cotidianas en un plazo de 1-2 semanas. No obstante, es importante seguir las indicaciones de tu cirujano y evitar esfuerzos intensos durante el tiempo recomendado.
En definitiva, conocer cómo se operan las varices es indispensable a la hora de tomar una decisión informada sobre tu tratamiento. La cirugía de varices es un procedimiento seguro y efectivo que mejora significativamente tu calidad de vida, eliminando los síntomas y previniendo complicaciones futuras. En Estética Mawa empleamos las técnicas quirúrgicas más avanzadas y adaptadas a tus necesidades específicas. No dudes en contactarnos para obtener más información sobre nuestros tratamientos para varices y comenzar tu camino hacia unas piernas saludables y hermosas.